Llovía, mucho mucho. Estábamos en la playa, pues todo mi escenario de personas se trasladó hacia allá.Ya recuerdo poco, sólo partes. Cómo aquella en la que mi papá me ordenaba que me fuera contigo después de la U, pues era más seguro.Estaba quedando la cagá, casi como un mini apocalipsis.Y yo me ponía tan triste, porque le decía a mi papá que no eso no podía ser, que no me querías ver más. Y recordaba en este instante una llamada por teléfono, para hablar de los libros de la Biblioteca de Santiago. Recuerdo mi dolor de güata al ver que no contestabas,mis rollos al pensar en lo que podrías estar haciendo, y qué dirían de mí los que estén alrededor tuyo. Y tu tono de voz tan molesto y condescendiente.Un tono de voz que nunca esperé (ni quise) escuchar jamás. También recuerdo una fogata gigante, de noche en la playa. Y recuerdo cordeles, bien tensos, donde colgaba fotos, de todos tamaños y colores. "Esos eran mis recuerdos contigo" te dije.
domingo
domingo, 28 de noviembre de 2010
Finalmente recuerdo como una voz en off que relataba este pedacito:
"Y todos los días ella hacía correr los cordeles, pues había instalado poleas y cuerdas en todos los lugares donde se podrían encontrar, esperando que algún día él las mirase y fuera a buscarla a la casa de la playa, antes de que se la terminara de llevar la marea. La señal de que eso sucediera sería que la lluvia al fin cesaría y el sol le enrojecería las mejillas otra vez. Ella salía todos los días, con sus volantes y encajes, a fingir la vida, mientras la lluvia seguía opacando los colores de todo".
Publicado por Porota en 6:14
Etiquetas: lluvia en noviembre
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