Ordinary.

lunes, 28 de febrero de 2011

Ehm, sí.

Soy una idiota adicta a las maniobras estúpidas de autoconvencimiento.
Le aplico quizás demasiado a los cortes de pelo a manera de terapia,
a tirar y tirar cosas para dejar el pasado atrás,
y luego a ordenar frenéticamente como el si el mundo dejara de molestar sólo con hacerlo.
Como si dejara de girar, de dar vueltas nauseabundas.
Estreno la lámpara de escritorio, ya no se me achican los ojitos,
o sea, se retrasa mi incipiente pitismo.
Sí, tampoco hablo bien.
Y sí, se me está olvidando escribir.
La melancolía anduvo de visita por esta casita.
Papá volvió. Hace tiempo que no lo extrañaba.
Me alegra que haya vuelto y no me retara por andar en piyama todo el día.
Soy una sucia asquerosa que no se ha bañado por que simplemente no le han dado ganas.
Mi día resolvió por su cuenta el hacer como si nada hubiese pasado.
No existió la U, ni Uds, ni ellos.
No patilargos, pelucones, y capuchas.
Nadie.
Sólo yo, y casualmente, Má.
Es que soñé contigo, y me di cuenta que a pesar de todos los colores que tengo, no he crecido ná.
A pesar de mis intentos de ser más girly y decentita , sigo siendo esa maría tres cocos que resuelve todo
por lo práctico, que es garabatera y desordená , que no sabe aún perder la vergüenza por las cosas bonitas, y que quiere volver a través de objetos compulsivamente infantiles a esos 15 años que cambiaron mi vida pa siempre.
15 años, no son 19 -casi 20.
19 años y segundo año en la U.
Suena a grande.
Yo no lo soy, pero quiero serlo.
Quiero por fin, llegar a hablar con seguridad sobre algo, y no sentirme pisando nubes de volada demasiado inestables.
Quiero crecer, y sobre todo, quiero no defraudar más, sin siquiera darme cuenta.
¿En qué entra Má en todo eso? Simple.
Ella, con su abrazo infinito (idealizado al carajo, es infinito)
me acunaría, y me diría que a pesar de mis cagás, soy perfecta y sí, algún día, sabré como no ser tan re pava.
Y que ella estará ahí pa felicitarme.
Bueno, Má, quiero que llegue ese momento pronto.
Shao

0 comentarios: